domingo, 11 de marzo de 2012

Cómo superar las críticas

La crítica molesta y hiere el orgullo cuando tenemos la autoestima baja.
La crítica es causa de muchos temores, por tanto, es necesario encontrar una estrategia para enfrentarla con eficacia.
La crítica es una respuesta instintiva, espontánea y natural; es una respuesta de supervivencia, pero no de desarrollo. Somos críticos por naturaleza; así que nadie puede escapar a de la crítica. Por tanto, el problema no está en la crítica en sí, sino en la forma en que reaccionamos ante ella.
La crítica puede ser constructiva o negativa. En ambos casos es una advertencia que nos estimula a prepararnos, a ser más prudentes, a reflexionar y a rectificar.
En el fondo, la crítica es una señal positiva. Indica que no pasas desapercibido, porque lo que dices o haces es interesante y despierta la curiosidad o la preocupación de las personas
Cómo enfrentar la crítica
Lo mejor es evitarla. Muchas personas, para sentirse vivas y poderosas, necesitan ir por la vida agrediendo a los demás. La crítica es una forma de agresión y lo peor que pudiéramos hacer es entrar en el juego.
La crítica es una realidad habitual y no podemos gastar nuestra energía en combatirla, ni en defendernos de ella, pues se convertiría en una guerra de desgaste. Debemos aprender a estar por encima de la crítica. Esto es posible si la manejamos desde cuatro frentes.
1. Desde los sentimientos. 
2. Desde la razón. 
3. Desde la experiencia. 
4. Desde el lenguaje.
1. Maneja la crítica desde los sentimientos
El odio y el resentimiento son autodestructivos. La forma más eficaz de superar estos sentimientos consiste en pensar que, los críticos son personas mediocres y frustradas, a quienes duele el éxito de los demás, porque lo sienten como una crítica a su mediocridad. Compréndelos y perdónalos, pues ya tienen bastante con su desgracia. Piensa que la crítica es un reconocimiento y, como dice el refrán: “Al viento y al loco, déjalos pasar”.
Cada persona percibe las cosas desde sus temores y necesidades y sólo ve lo que necesita o quiere ver, para sobrevivir y para afianzar su personalidad.
La crítica puede llegar a ser virulenta, cuando las ideas o la acción, amenazan las estructuras de los demás; debido a que generan cambios que obligan a replantearse la validez o funcionalidad de ciertos principios, valores o conductas. Por esta razón, se recomienda no discutir de familia, de política, de patria, ni de religión; estos son temas intocables, porque activan automáticamente los mecanismos instintivos de defensa.
La sociedad se opone radicalmente a todo lo que induce al cambio, a la toma de conciencia y a la libertad, pues las personas libres son “peligrosas”, porque pueden cambiar el orden establecido, desenmascarar a la gente y obligarla a ser más auténtica y responsable. Por esta razón, la sociedad ha eliminado a quienes han tratado de liberarla (Sócrates, Gandhi, Martin Luter King, y toda una pléyade de héroes y de mártires, a quienes debemos la mayoría de nuestras libertades).
Recuerda que todos somos la sociedad. Todos nos oponemos en forma consciente o inconsciente al progreso de los demás, porque somos envidiosos, críticos y represivos por naturaleza. Para comprobarlo, escucha el lenguaje de las personas, pero presta mucha atención, porque la mayoría de las críticas son sutiles y subliminales, de esas que “tiran la piedra y esconden la mano”. Estas críticas son las más dañinas.
Si eres una persona con proyectos importantes debes fortalecerte, para abrir tú propio camino, consciente de que la crítica te seguirá a donde vayas; pero ten la seguridad de que en el fondo, todos te respetarán y te admirarán, porque tienes la iniciativa y el coraje que a ellos les falta.
2. La crítica nos ayuda a reflexionar
Como señalamos anteriormente, cada persona nos percibe desde su situación, lo que nos ofrece un abanico de matices y la posibilidad de conocernos desde distintas perspectivas; por tanto, no hay que dar crédito a lo que dice la gente, pero es bueno escuchar y someter a análisis las opiniones de los demás.
Es conveniente analizar la crítica desde el punto de vista personal, desde el punto de vista del crítico y como observador imparcial. 
Si tratas de justificar tus errores, todo el mundo se sentirá con derecho criticarte, pero si los aceptas con humildad, todos se sentirán inclinados a comprenderte y a disculparte. 
Si la crítica es ofensiva y atenta contra tu reputación, debes salirle al paso y aclarar la situación, siempre con altura y dignidad.
Hay casos en que la crítica se convierte en rumor que va y viene. Los rumores no pueden combatirse, porque son como fantasmas, están en todas partes, pero nadie pude ubicarlos. El único remedio contra los rumores es el éxito.
3. Sé práctico.
Acepta la crítica como parte natural e inevitable de la vida. 
Reconoce el derecho de los demás a criticarte y recuerda que al hacerlo se están defendiendo de sus temores y frustraciones.
Con frecuencia la intención de la crítica es herir, así que, no te des por aludido y verás como pierden el interés y dejan de criticarte. 
Actúa sin esperar que los demás te comprendan. Confórmate con saber que estás en el camino del éxito.
Haz las cosas por convicción. No te preocupes demasiado por complacer a los demás.
Muchas personas viven en actitud expectante y a la defensiva, lo cual produce estrés y supone un gasto enorme de tiempo y de energía que necesitamos para nuestro desarrollo. Esta actitud defensiva genera temor, desconfianza y una visión negativa de la vida, de la gente y de las cosas, que hace ver enemigos en todas partes.
Hay que pensar que la gente es fundamentalmente buena, pero tiene muchas carencias de conocimiento, de justicia y de amor y por eso es envidiosa y crítica. Aprende a ver lo bueno de la gente y de la vida, porque sólo con ello podrás construir el éxito.
Hasta el momento nos hemos visto como víctimas, pero formamos parte de la sociedad y por tanto, también somos victimarios; así que necesitamos mirarnos en el espejo de los críticos.
4Cultiva un lenguaje asertivo
Habla bien de la gente. Que tu boca se abra para decir la verdad y para estimular. Si tienes algo bueno que decir, habla, si no, calla. Recuerda que por la boca muere el pez y que eres dueño de lo que callas y esclavo de lo que dices.
La gente desea agradar y ser aceptada. Este deseo nos hace vulnerables, pues dependemos del reconocimiento y de la aprobación de los demás.
Si cuando te critican te molestas. 
Si cuando te insultan te hieren. 
Si cuando te acusan te sientes aludido. 
Si cuando te ofenden te sientes humillado 
Si cuando te marginan te resientes.
Entonces, no es la crítica la que te hiere, sino, la poca valoración que tienes de ti mismo

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