martes, 19 de febrero de 2008

Se fue a pique un día un navío con todo y sus pasajeros, y un hombre, testigo del naufragio, decía que no eran correctas las decisiones de los dioses, puesto que, por castigar a un solo impío, habían condenado también a muchos otros inocentes.
Mientras seguía su discurso, sentado en un sitio plagado de hormigas, una de ellas lo mordió, y entonces, para vengarse, las aplastó a todas. Se le apareció al momento Hermes, y golpeándole con su caduceo, le dijo:
-Aceptarás ahora que nosotros juzgamos a los hombres del mismo modo que tu juzgas a las hormigas.

Moraleja: Antes de juzgar el actuar ajeno, juzga primero el tuyo.

Fábulas de Ésopo

2 comentarios:

Inma dijo...

Si juzgas a la gente no tienes tiempo de amarla.
( Teresa de Calcuta)

No crees que algo pareccido a tu fábula es lo que esta pasando en el mundo?
Mil biquiños
Enga que canto la la la laaaaaa
hahhahahhahah
muakkkkkkk

Eva dijo...

Sí, hace mucho tiempo que nos hemos acostumbrado a juzgar y ser juzgados sin que nos conozcan de verdad. Hasta en ocasiones sientes que conoces a alguien, puedes juzgarle un poco y te equivocas. Este mundo cada día va más al revés, por eso quiero ver todo "positivo" nada "negativo".

Gracias por la cita de Teresa de Calcuta, no la conocía y me gusta mucho, qué sabia era esta mujer!

Besos.
(cantas muy bien!)

Te deseo primero que ames y que amando, también seas amad@. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guard...