Necesito de ti, de tu presencia,
de tu alegre locura enamorada.
No soporto que agobie mi morada
la penumbra sin labios de tu ausencia.
Necesito de ti, de tu clemencia,
de la furia de luz de tu mirada;
esa roja y tremenda llamarada
que me impones, amor, de penitencia.
Necesito tus riendas de cordura
y aunque a veces tu orgullo me tortura
de mi puesto de amante no dimito.
de tu alegre locura enamorada.
No soporto que agobie mi morada
la penumbra sin labios de tu ausencia.
Necesito de ti, de tu clemencia,
de la furia de luz de tu mirada;
esa roja y tremenda llamarada
que me impones, amor, de penitencia.
Necesito tus riendas de cordura
y aunque a veces tu orgullo me tortura
de mi puesto de amante no dimito.
.
Necesito la miel de tu ternura,
el metal de tu voz, tu calentura.
Necesito de ti, te necesito.
.
el metal de tu voz, tu calentura.
Necesito de ti, te necesito.
.
Rafael de León
2 comentarios:
Siempre dejas los mejores poemas.
No conocía este poema. Gracias, he mirado en google y fui recordando lo que hace tiempo no leía.
Un beso lleno de amistad y mil abrazos.
En el apartado de Blogs Literarios, aparece una página de poetas, mira ahí y disfruta! Besos.
Publicar un comentario