El amor propio nos fortifica; el interés que podemos despertar en los demás nos masajea.
El aislamiento temporal, buscado y pactado con la propia conciencia, acostumbra a ser buena fuente de energía porque ayuda a vernos solos frente a un espejo que potencia la propia imagen. Durante minutos, horas o días, bloqueamos ruidos, obligaciones y tensiones hasta conseguir escuchar, en un silencioso vuelo por nuestros rincones más profundos, los latidos de los más íntimos sentires.
Pero salvo estos paréntesis de reflexión, nuestra vida transcurre inmersa en esa corriente imparable, a veces remanso y a veces remolino, que es la relación con los demás.
Si la reflexión es reencuentro, la relación es interés. En libertad, sólo nos relacionamos con quienes nos interesan porque nos aportan algunas de las mil y una energías que necesitamos para alimentar de materia y sentir nuestras vidas:amor, energía, amistad, talento, seguridad, belleza, diversión… ¡hay tantas!... y cada cual se sabe las suyas.
Y al igual que uno busca en otros, hay quienes prefieren nuestra relación porque creen que les aportamos aquello que no tienen y les sirve. Al final, todos somos coleccionistas de vida y momentos memorables. Intercambiamos nuestros cromos con los que más nos interesan de los demás. Cada vez que lo hacemos, tratamos de completar espacios vacíos de ese álbum intransferible llamado "Nuestra propia vida".
Angela Becerra
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3 comentarios:
En cada beso que recibe el alma,
se incrustan los tatuajes
cual sembrado de árboles
en un sendero de camino largo.
Besos para tu alma
Al leerte sentí necesidad de aprovechar para leer algo suyo y conocer a Becerra mejor.
Un fuerte abrazo niña guapa
zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
Sobre su nombre hay un link donde podrás leer los articulos que ha escrito en el periódico que suele escribir. Personalmente aún no he leído ningún libro suyo, algo que pronto solventaré.
Besos.
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