miércoles, 21 de marzo de 2007

El oficio de vivir

Por Angela Becerra
Para el oficio más importante, que es el de vivir, no hay maestros. Para la lección más determinante, no hay información segura. Para saber hacia dónde vamos a dirigir nuestras vidas, no hay mapas. Para saber cuánto tiempo vamos a vivir, no hay relojes. Para saber cómo vamos a vivir, no hay prismáticos. Para saber cuáles son los momentos más cálidos de nuestra felicidad, no hay termómetros. Para saber cuándo hay que romper con un pasado sin futuro no hay pólizas de seguros.

Entonces, ¿a qué nos podemos acoger para hacer este camino desconocido, sinuoso y movedizo que es la propia existencia? Al final sólo quedamos nosotros mismos, principio y fin de todo lo que soñamos, idealizamos, tememos y ansiamos. Nosotros, con dos grandes fuerzas como motor de impulso: nuestra actitud mental y nuestra tenacidad. La actitud nos marca la dirección; el tesón nos empuja a alcanzar lo que nos proponemos.

Por eso es tan necesario conocerse a sí mismo. Sin egos que nos sobrevaloren y sin depresiones que nos minimicen. Valoramos en nuestra justa medida, sin confundir la necesidad con la posibilidad, sabiendo tomar la temperatura exacta de nuestro momento y la presión aproximada de nuestra voluntad. Estamos vivos y cada día hay mucho que absorber; por disfrutar; por alcanzar; todo depende de la actitud mental, que no deja de ser el barómetro personal de nuestro fracaso o nuestra felicidad.

1 comentario:

ella dijo...

"Hay momentos en la vida que son verdaderamente momentáneos"
Algunas veces no se que decir, y dejo lo primero que se me ocurre.
Un beso

Te deseo primero que ames y que amando, también seas amad@. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de olvidar, no guard...