Porque yo no voy tras de ti, no te persigo... Déjame quererte como parte de mi... y vuela.
Por ti he sentido la necesidad de extenderme en el tiempo, por ti he llegado a la idea misma del infinito.... Quise darte un trozo de luna y careciste de alma, no pudiste saborearla... Hice de ti un hombre y los hombres no llegan a la luna con la mano.

Puse en tu mano la pala, para remover el polvo de luna y... quitarte los miedos. Te regalé polvo arroz sin peso, muy liviano... quise que alcanzaras lo inalcanzable... La misma idea del infinito, pero son cosas imposibles si no te alzas al cielo. ¡He fracasado...! 
Tardé años en despertar. Todo lo había guardado para ti en el armario, ¡te dejé tocar la pala! Quise hacerte entender que... ¡sólo te pedía un trocito de luna! e intentaba convencerte...
Era el futuro... si lograras tocarla... La luna se había alejado de mi... Ya no estaba en mi piel... Hoy cierro mis manos con rabia... había soñado tanto... Hoy sólo queda el rastro de una lágrima y la luna sigue blanca. He llegado a una conclusión: apenas existen las cosas y la luna blanca es una ilusión de las madres, porque aparece siempre algo que la ensucia... Y el cielo se deja caer sobre mi sin ruido.
(Anónimo)